La última licencia técnica de Airbus es un coche-dron. Y no se trata de una aeronave como las que hemos visto recientemente, que se califican como taxi-drones. Al contrario, el diseño que ha mostrado la compañía de aeronáutica tiene las dos funciones: el desplazamiento por tierra y por aire.
Evidentemente se trata solamente de un diseño sin visos comerciales. Pero no a causa de la técnica. Lo que de verdad echa para atrás la adopción de este coche-dron es su poca utilidad. Es muy vistoso como producto de márketing, pero su concepto no deja de ser poco práctico.
El diseño de Airbus contempla un vehículo modular, en tres partes diferenciadas. Una de ellas es el módulo central, lo que sería la cabina de pasajeros. Según los diseños la cabina parece adaptada para dos plazas. En principio esta cápsula irá sobre una plataforma con ruedas, que hará posible el desplazamiento terrestre. Estos componentes son los que convierten al concepto en un coche.
En lo que respecta al dron, para transformarlo en una aeronave se necesita otro módulo. Este consiste en un vehículo volador propulsado mediante rotores, amplios rotores. Esta pieza se acoplará a la parte superior de la cápsula y después levantará el vuelo llevándose con ella la cabina y dejando la plataforma de ruedas.
El plan que contempla Airbus es que si el usuario se ve envuelto en un atasco imprevisto, podría levantar el vuelo gracias al módulo dron. El problema es que el módulo tendría que llegar hasta allí, desde donde quiera que partiera. Por no hablar de que esto implicaría dejar en medio de la carretera la plataforma con ruedas.
Lo más parecido a un coche-dron en estos momentos es la aeronave Ehang 184, fabricada por la compañía china que le da nombre. No hace un desplazamiento terrestre, pero está preparada para su uso en ciudades. A falta de que las legislaciones se adapten a esta aplicación, el vehículo ya ha demostrado su capacidad para transportar personas, de manera que podría ser una alternativa a los helicópteros.