Cuando Amazon habló de sus planes para repartir los pedidos a sus clientes mediante drones, muchos lo vieron como un brindis al sol, un proyecto que en el mejor de los casos estaba proyectado a muy largo plazo, y que en el peor era más bien una estrategia de marketing para obtener titulares.
Pues bien: los titulares los obtuvieron, sin duda. Pero Amazon parece decidida a demostrarnos que el futuro se convierte en presente cada vez más rápido, y el pasado mes de noviembre publicó un anuncio de empleo: busca pilotos para probar sus primeros drones en el Reino Unido. De acuerdo con la web de la compañía, ésta busca -junto a perfiles más comunes como Project Manager, Site Leader o Software Develoment Engineer- un Flight Operations Engineer. Un perfil llamativo en una compañía de comercio electrónico, que deberá realizar vuelos de prueba en estrecha colaboración con el equipo de ingenieros de vuelo emplazado en la ciudad estadounidense de Seattle. Señalan que el éxito de las pruebas requerirá de “atención al detalle, actitud orientada a la seguridad, a la flexibilidad y la solución creativa de problemas”.
Fue en diciembre de 2013 cuando el fundador de Amazon, Jeff Bezos, anunció que la compañía estaba planeando utilizar drones para la entrega de paquetes (lo que luego se llamó el programa Amazon Prime Air). Estos vehículos se encargarían de transportar paquetes de menos de 2 kilos de peso a destinos localizados a no más de 30 minutos de una central. En julio de 2014, la compañía solicitaba públicamente a la Administración Federal de Aviación dieses permiso para volar sus aviones no tripulados.
Cabe destacar que son varios los obstáculos para las compañías que, como Amazon o Google (los de Mountain View también están trabajando, por supuesto, en este campo), estudian ahora la posibilidad de lanzarse a utilizar vehículos aéreos no tripulados con fines comerciales en los Estados Unidos, ya que la FAA actualmente prohíbe el vuelo de aviones no tripulados a menos de 150 metros de nucleos poblados ante el riesgo que pueden suponer para las personas.
Hace unos meses, la Comisión de Políticas Públicas de la Universidad de Birmingham concluyó mediante un informe que el uso de aviones no tripulados en el Reino Unido se convertiría en una tendencia masiva a lo largo de los próximos 20 años, elevando de esta forma la preocupación por seguridad y privacidad. Esta comisión ha pedido medidas “urgentes” para proteger a los ciudadanos, al tiempo que admiten que los drones pueden ser la causa de significativos beneficios para la economía.
Todo indica que no pasarán muchos años hasta que veamos drones sobrevolando las ciudades, aunque según Lambert Dopping-Hepenstal, del Instituto de Ingeniería y Tecnología del Reino Unido, todavía existen asignaturas pendientes en este sentido, por ejemplo, demostrar que los aviones no tripulados pueden operar con seguridad en nuestro espacio aéreo.
IMAGEN: (Kevork Djansezian/Getty Images)