La aplicación de los drones a la industria petrolífera

0
oleoducto

Una de las primeras aplicaciones a nivel industrial de los drones está teniendo lugar en el sector de los hidrocarburos, en especial para vigilar los oleoductos y gasoductos. Estos largos conductos que atraviesan kilómetros y kilómetros de tierras deshabitadas son difíciles de controlar y una avería en alguno de los tramos más alejados puede ocasionar pérdidas nada desdeñables hasta que se descubre y se acude a repararlo.

La FAA (Federal Aviation Administration) de Estados Unidos recientemente dio permiso a la petrolera BP para utilizar drones con el fin de patrullar en torno a sus campos de petróleo de Alaska. La compañía se servirá de un aparato fabricado por AeroVironment, llamado Puma, que se asemeja a un pequeño avión y cuenta con sensores electroópticos e infrarrojos para la vigilancia del terreno.

La zona que vigilan estos dispositivos es la de Prudhoe Bay, un área que no cuenta con mucha población cercana y tampoco tiene apenas tráfico aéreo. BP utiliza los drones para actividades de monitorización en carreteras, oleoductos y otras infraestructuras, con el fin de optimizar el mantenimiento de las mismas. Los vehículos no tripulados proporcionan cuantiosa información a BP, como fotografías, modelos en 3D de las infraestructuras, así como mediciones volumétricas y análisis topográficos.

Se trata de vigilar el conjunto de las instalaciones para prevenir con antelación averías. Y los drones resultan más baratos y eficientes que los métodos empleados tradicionalmente.

BP no es la única petrolera que ha empezado a usar drones. ExxonMobil y otras grandes compañías de la industria están utilizando robots aéreos para examinar refinerías e instalaciones en mar abierto. Los dispositivos llevan a cabo tareas que de otra manera tendrían que hacer operarios, con el riesgo que esto conlleva. Cyberhawk es una de las empresas que se dedican a hacer inspecciones aéreas de este tipo de instalaciones.

Cuenta con drones cuyo objetivo es identificar cualquier problema antes de que se convierta en motivo para echar el cierre a una planta. El objetivo es ahorrar costes, pues el control se puede hacer de forma más eficiente. Además, evitar el parón de unas instalaciones hasta que estas se hayan reparado aporta un valor que se mide en millones de dólares.

El servicio que más demandan a Cyberhawk es la vigilancia de instalaciones marítimas, una tarea que normalmente se ha con helicópteros, pero resulta mucho más barata realizar con drones, así como más segura. Por supuesto, tampoco es sencillo lleva a cabo el trabajo con los dispositivos no tripulados.

Imagen: Travis S.

EnergíaFabricantes

Sobre el autor

Pablo G. Bejerano

Project manager de ToDrone. Periodista especializado en nuevas tecnologías.