Unos estudiantes de la Universidad Técnica de Eindhoven (Holanda) han abierto el primer bar del mundo que utiliza drones para servir los pedidos. El local se abrió como parte de las celebraciones que conmemoraban el 60 aniversario de la creación de esta institución universitaria.
Tras este proyecto hay 20 estudiantes de esta facultad que han trabajado durante nueve meses para desarrollar un dron autónomo que, tal y como indican sus creadores, sirva para mostrar cómo este pequeño aparato pude llegar a convertirse en una parte esencial en nuestra vida diaria.
El dron ha sido bautizado como Blue Jay. Este dispositivo tiene forma de platillo volante y una línea de color luminiscente que actúa como sensor. El sistema de funcionamiento del servicio es sencillo. El primer dron se acerca a la mesa para “tomar nota” del pedido mediante el escaneo de la lista de peticiones que desean los clientes. Una vez escaneada la comanda, otro dron llega a la mesa con el pedido sostenido por unas pinzas, que posee en la parte inferior de su estructura.
A continuación podéis ver un vídeo del funcionamiento de la aeronave:
El local ofrece cuatro tipos de cócteles diferentes, tanto con alcohol como sin alcohol, diferenciándose por el color azul o verde, el mismo que presenta la línea luminiscente del aparato en cada caso.
Gracias a estos sensores y a la larga duración de su batería, el dispositivo puede volar dentro de edificios y navegar entre aglomeraciones de personas sin depender de su GPS, al contrario que otros drones para los que la geolocalización es indispensable. Construir cada uno de estos drones cuesta alrededor de unos 2.000 euros.
Tessie Hartjes, líder de este proyecto, y sus compañeros creen que las aplicaciones que los drones pueden desempeñar son ilimitadas y pueden ir desde extinguir incendios, pasando por su uso como sistemas de alarma, hasta realizar las tareas de sirvientes domésticos.
Imagen y vídeo: Youtube