Cuando se habla de inspección de infraestructuras con drones tendemos a pensar en las alturas. Tiene toda la lógica. Las torres de electricidad o las antenas de telecomunicaciones parecen los lugares naturales de una aeronave. En este caso no solo no es así, sino que los drones bajan al subsuelo.
Lo han hecho en la ciudad de Barcelona, donde una colaboración entre varias entidades ha resultado en la prueba de un dron para la inspección de las alcantarillas de la urbe. El grupo FCC y otras empresas han impulsado ARSI, el proyecto europeo de Robot Aéreo para la Inspección del Alcantarillado), en la ciudad.
Tras la prueba la idea es que a partir de 2018 un equipo de microdrones o MAV se utilice para inspeccionar el alcantarillado. El objetivo es reducir los riesgos laborales asociados a una actividad difícil para las personas.
Se espera que los MAV sean autónomos, con lo que se podrán manejar de forma independiente a través del alcantarillado. Una vez programados, los dispositivos conocen su objetivo y su recorrido. Tendrán la funcionalidad necesaria para salvar los obstáculos que se encuentren en su camino.
Actualmente su trabajo se combina con el de vehículos terrestres que no siempre pueden acceder a todas partes debido a la acumulación de residuos y aguas. Los MAV, en cambio, tendrán un rendimiento superior. En 10 minutos podrán inspeccionar 300 metros. Con lo que un equipo de personas podrá inspeccionar 2,4 kilómetros al día si cuenta con estos drones.
La versatilidad de estas aeronaves hace que puedan trabajar en túneles estrechos, de hasta 80 centímetros. Aunque se está trabajando para mejorar más aún estas características, así como la batería de las aeronaves.
Imágenes: carbonated