Estamos ante una startup que lo tiene todo: un gran equipo, una gran idea y un mercado de grandes dimensiones. Su nombre es Canard Drones y su objetivo no es otro que emplear drones para calibrar los sistemas aeroportuarios de ayuda a la navegación.
Uno de los elementos fundamentales que se emplean en las maniobras de aproximación instrumental son los sistemas visuales de ayuda a la navegación, entre otros, los sistemas de luces de aproximación ALS (Approach Lighting Systems) ubicados en las cabeceras de pista y las luces PAPI (Precision Approach Path Indicator) situadas en los costados.
Estos sistemas deben revisarse de forma periódica para comprobar que cumplen su función y se encuentran debidamente ajustados. Hoy en día las tareas de inspección se realizan mediante avionetas convencionales equipadas con sistemas y sensores de calibración con el resultado de inspecciones poco automatizadas, lentas y, normalmente, bastante caras.
Como explica Jorge Gómez, CEO de Canard Drones, los UAVs permiten realizar las operaciones de calibración de forma mucho más rápida y eficaz. Todo ello gracias a las posibilidades que ofrece la aviación no tripulada en cuanto a planificación y despliegue de la misión y, sobre todo, en lo relativo a la toma, transmisión y procesamiento de la información y posterior toma de decisiones.
Las cifras de este mercado son impresionantes. En el mundo hay más de 42.000 aeropuertos y el gasto anual en vuelos de inspección y calibración ronda los 2.500 millones de euros. Todo ello sin tener en cuenta el coste de oportunidad que conlleva limitar el tráfico aéreo como consecuencia de las propias inspecciones.
Que los drones pasen a desempeñar un papel destacado dentro de la aviación comercial es un claro síntoma de su enorme capacidad disruptiva. Enhorabuena al equipo de Canard Drones por la iniciativa y muchísima suerte para su puesta en funcionamiento.