En el último año aproximadamente el Phantom 2 Vision se ha convertido en uno de los drones más populares. A cualquiera que siga de cerca este sector le sonará el característico diseño blanco con forma de ‘H’ estilizada, dos de los brazos con un par de franjas rojas y cuatro hélices en cada extremo. El fabricante de este dispositivo no es otro que la empresa china DJI, una compañía que en nueve años se ha convertido en el mayor proveedor de drones para el ámbito civil.
DJI fue fundada en el año 2006 por Frank Wang, que en su habitación, cuando estudiaba en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong, soñaba con hacer de los drones un producto popular. Lo había hecho desde que cuando era pequeño estrelló su primer modelo de helicóptero. De ahí sacó la conclusión de que era realmente difícil manejar esos aparatos. La gente normal no podía hacerlo sin estrellarlos.
En aquella habitación de Hong Kong le dio forma a su idea: facilitar el uso de drones por parte de cualquier persona. DJI ha pasado de ser una idea a tener 20 empleados, y después a contar con más de 2.800 en plantilla, hoy en día. Entre los trabajadores se encuentran chinos, estadounidenses o coreanos, mientras que la sede de Shenzhen se compenetra con oficinas en Los Angeles, Tokio y Frankfurt.
Su éxito se basa en la creación de un producto de una alta precisión técnica, tanto por sus sistemas para estabilizarse en el aire como por las posibilidades que ofrece la cámara. El precio, relativamente económico, y la facilidad para hacerlo volar lo han convertido en el preferido de muchos aficionados.
En 2012 DJI incorporó una cámara GoPro a su modelo Phantom, pues había comprobado que los usuarios de sus drones experimentaban colocando este tipo de sensores en sus productos. Este ha sido uno de los hitos de la compañía, que a partir de ese momento ha incluido software de imagen y sistemas de estabilización y control, para optimizar el funcionamiento de la cámara. También ha tomado la decisión de abrir su proceso de desarrollo de software a terceros, para que estos puedan crear sus propias aplicaciones.
Se puede decir que el principal atractivo de DJI es su precio puesto que ofrece drones por aproximadamente 1.000 euros. Otra de sus virtudes es el rápido proceso de desarrollo para lanzar productos nuevos. Cada cinco meses sacan modelos nuevos.
Su último producto, el Inspire 1, fue lanzado en noviembre. Su cámara puede enviar vídeo en directo a un smartphone, mientras que un sistema basado en GPS compensa el efecto del viento para garantizar la estabilidad del vuelo.
Imágenes: Macomb Paynes