El Mavic se ha convertido en un dron popular desde su lanzamiento en septiembre del pasado año. Tanto es así que hay quien considera a esta nueva línea de DJI un rival digno, incluso superior en algunos aspectos, a la saga Phantom. Tal vez en el plano de los drones de consumo sea donde esta comparación tenga más sentido, pero a partir de ahora la rivalidad entre los dos modelos se puede extender al plano comercial.
La compañía especializada en sensorización y software para drones Sentera ha lanzado un sensor, destinado a la agricultura de precisión, para el Mavic. Los estadounidenses han creado un complemento para la aeronave de DJI capaz de recoger datos TrueNDVI sobre los cultivos.
La información que captura el sensor es de tres tipos. Una fotografía RGB y otra tomada con tecnología infrarroja se unen a la obtención del índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI). Este último mide la intensidad de la radiación de ciertas bandas del espectro electromagnético emitida o reflejada por la radiación. De este modo los agricultores pueden estimar la cantidad y la calidad de las plantas, así como vigilar su evolución.
La obtención del índice de vegetación de diferencia normalizada es una práctica que lleva décadas en funcionamiento. Y los drones han tomado el relevo a otros dispositivos que realizaban las imágenes aéreas para sacar el NDVI.
La aeronave de DJI está pensada para que se pueda transportar fácilmente. Sus brazos son plegables y su tamaño es reducido en comparación con otros drones. Estas características lo convierten en un dispositivo que pesa poco y se puede llevar a zonas de difícil acceso sin problemas. De la misma forma, no supone un gran esfuerzo llevar encima el dron por si es necesario fotografiar una zona, al contrario de lo que ocurre con otras aeronaves, cuya operación ha de prepararse con mayor planificación, pues no se transportan de cualquier manera.