Fue en Varsovia, el lunes pasado un Embraer RJ-195 de la compañía alemana Lufthansa procedente de Munich estuvo cerca de colisionar con un dron cuando se encontraba realizando la maniobra de aterrizaje en el aeropuerto de la Capital polaca. En esos momentos viajaban 108 pasajeros a bordo de la aeronave.
Según confirmó el organismo responsable de la seguridad aérea en Polonia (PANSA, Polish Air Navigation Services Agency) el avión se encontraba a una altura de 760 metros cuando el dron fue detectado por los pilotos. Afortunadamente los pilotos pudieron realizar una maniobra de evasión y aterrizar con seguridad unos minutos después. En el momento en que el dron fue avistado éste se encontraba aproximadamente a 100 metros del avión.
En España, con carácter general, la normativa obliga al operador a respetar una distancia mínima de 15 Km respecto de cualquier aeródromo o aeropuerto, salvo cuando los aeródromos o aeropuertos cuenten con procedimientos de vuelo instrumental, en cuyo caso la distancia mínima pasa a 8 Km. Además, la altura máxima sobre el terreno no puede superar nunca los 120 metros para aeronaves con una masa máxima al despegue inferior a 25 Kg.
Este incidente reabre nuevamente la preocupación entorno a la seguridad y, sobre todo, el uso indiscriminado e irresponsable de aeronaves tripuladas de forma remota sin considerar los riesgos asociados. En Mayo pasado un avión comercial tuvo similares problemas en su aproximación al aeropuerto de Nueva York-La Guardia. Se trata de una situación en la que “llueve sobre mojado” y todas las medidas: legales, reglamentarias y de concienciación son siempre pocas. Por el momento las autoridades polacas no han identificado al responsable que pudo ocasionar un accidente de enormes consecuencias.