Erase una vez un dron bueno que decidió abrazar el lado oscuro y convertirse en un dron malo. No se trata de un cuento infantil: la amenaza de la utilización de drones convencionales con fines terroristas está ahí y debe ser tenida en consideración por los responsables de seguridad e inteligencia.
Al menos eso es lo que plantea un informe recientemente publicado en el Reino Unido llamado “Hostile Drones” (Drones Hostiles), un análisis realizado por Open Briefing, primera “agencia de inteligencia abierta”, que ha tenido una enorme repercusión en la práctica totalidad de los medios de comunicación Británicos y prensa especializada.
El planteamiento del informe es sencillo: la proliferación y sofisticación de los RPAS, junto con otros sistemas no tripulados (terrestres y acuáticos, UGVs y UMVs), constituye una amenaza real por parte de grupos criminales o terroristas en forma de posibles ataques, pero también en forma de contrainteligencia o recopilación de información sensible.
Para minimizar los riesgos, el informe plantea tres tipos de medidas: medidas regulatorias que limiten la capacidad operativa de los drones (por ejemplo impidiendo vía firmware el vuelo en zonas prohibidas), medidas de seguridad pasivas (por ejemplo sistemas de detección anticipada de drones) y medidas de seguridad activas (sistemas que permitan abatir un dron).
El informe propone finalmente las acciones a seguir por las agencias y fuerzas de seguridad y defensa de cara a desarrollar y anticipar las medidas necesarias.
El enfoque que plantea Open Briefing no es al que estamos habituados, pero tiene la virtud de exponer a las claras una cuestión de la máxima importancia. Todo interesado en temas de seguridad y defensa debiera tenerlo en cuenta. Podéis descargar el informe en el siguiente link.
Imagen: Drone Defender