“Con el eBee en 40 minutos estamos cubriendo el trabajo de un mes”

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fase despegue eBee SenseFly

Una de las aplicaciones donde más útiles resultan los drones es la topografía, pues es una de las que más ventajas aporta con respecto a las técnicas convencionales. Para conocer más a fondo la labor de las aeronaves no tripuladas en este campo hemos hablado con Antonio Rubio Sánchez, responsable del departamento comercial en Madrid de la empresa topográfica Tecnitop.

Con topografía clásica, trabajar 100 hectáreas puede llevar 3-4 semanas. Sin embargo, “con el eBee que nosotros manejamos, en 40 minutos estamos cubriendo esas 100 hectáreas, el trabajo de un mes. En apenas 24 horas puedes tener un modelo digital completo de ese terreno. Esto hace poco tiempo era impensable”, afirma Rubio.

Tecnitop, cuya sede central está en Zaragoza y que acaba de abrir oficina en Madrid, es una empresa de topografía que lleva 25 años en el sector. En 2007, les surge la necesidad de usar los drones en la topografía a raíz de un problema. “Al hacer un modelo digital de una estructura, ¿cómo hago la parte superior?”, expone el entrevistado. Es lo que ocurrió en uno de sus proyectos, los modelos de las centrales nucleares de España.

Esta necesidad la cubren al principio con drones propios, pero con el tiempo se decantan por buscar una marca comercial. Se cruzó en su camino la compañía suiza SenseFly y, concretamente, el dron que utilizan para muchos de sus proyectos, eBee. Desde finales de 2015, Tecnitop se convierte en distribuidor oficial de la marca.

El proceso de trabajo

El primer paso es fijar esa zona, “a partir de ahí metemos coordenadas de la zona en un software de planificación, introducimos solape entre foto y foto, la altura y el vuelo”, apunta Rubio. Y tras esto solo queda echar el dron a volar.

puesto control eBee SenseFly

Jorge Miranda Oliván, Ingeniero Agrónomo y director de sistemas SenseFly, controlando la fase de despegue del eBee.

Aunque hay otro factor a tener en cuenta. Para poder tener un histórico y poder comparar diferentes fases, se utiliza la georreferenciación (GPS). “Esto se realiza tomando una serie de puntos mediante topografía clásica, que saldrán reflejados en las imágenes digitales, para correlacionar las coordenadas de la imagen con los puntos obtenidos por topografía clásica”, explica.

Una vez que el dron ha aterrizado, con las imágenes se utiliza la fotogrametría, mediante el software de post-proceso Pix4D, para identificar el mismo punto en distintas imágenes, esta es la forma que tiene de crear el modelo digital. Con este proceso se obtiene el modelo digital en 3D.

Y como toda aplicación tiene sus ventajas, que son muchas, y algún que otro inconveniente. Algunos de los aspectos que aporta son el mayor rendimiento y seguridad en el trabajo. “El mayor inconveniente que tenemos ahora mismo es que por legislación no podemos volar por zona urbana”, matiza el entrevistado, añadiendo que “se obtienen más o menos los mismos resultados, las mismas precisiones que con topografía clásica, con menos coste y mayor rendimiento”.

Además, en zonas muy boscosas, con esta tecnología no consiguen llegar al terreno propiamente dicho, sino que realmente la imagen que se capta es de la copa de los árboles. “Es un inconveniente porque no llegas a obtener ese terreno. Se tendría que complementar con topografía clásica”, explica el portavoz de Tecnitop.

El dron para la topografía, eBee

El dron de SenseFly solo pesa 730 gramos, tiene una autonomía de 50 minutos y, como se señaló antes, en 40 minutos es capaz de cubrir 100 hectáreas. “Los rendimientos son muy grandes”, apunta Antonio Rubio. En este equipo de ala fija se pueden intercambiar hasta 8 tipos de cámara, desde RGB, NIR (infrarrojo cercano), térmica y multiespectral. Esto convierte al eBee en una plataforma completa que puede cubrir múltiples líneas de negocio con un mismo equipo.

drone eBee SenseFly

Unidad del modelo eBee de SenseFly utilizada para trabajos de topografía y agricultura de precisión, entre otros.

Una de las características más importantes para este trabajo es el peso del dron, y que este sea inferior a dos kilos es una ventaja en cuanto a la legislación actual se refiere. El entrevistado destaca que gracias a su reducido peso se puede volar fuera de la línea de visión. “Puedo llevarlo hasta tres kilómetros, que es hasta donde tengo radioenlace, y no limitarme a volar a un radio de 500 metros”.

Además, es un equipo fácil y cómodo a la hora de transportarlo, algo importante en terrenos abruptos en los que pueden desarrollarse las actividades topográficas. ”Es un equipo muy práctico que lo puedo guardar en una maleta y llevarlo a una zona inaccesible para poder volarlo, no necesito ningún tipo catapulta para lanzarlo”, argumenta Rubio.

Los drones en la topografía han conseguido que la fotogrametría sea más asequible y sea, en cierto modo, más accesible  para el público en general. “Esta técnica da el poder de hacer un vuelo cuando quiero, de la zona que yo quiero y en cuestión de minutos poder tener el modelo digital a partir de esas imágenes. En otros sectores puede estar más en entredicho esta tecnología. En este sector está más que contrastada”, concluye el Rubio, quien tiene buenas vibraciones en cuanto a la proyección presente y futura de esta aplicación de los drones en la topografía.

Imágenes: Tecnitop

Sobre el autor

Jaime Montero

Proyecto de Periodista. Inmerso en mi mundo... (y en el de los drones). La constancia y el trabajo duro son las claves del éxito.