Drones vs personas investigando los campos de cultivo

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biocombustible agricultura

La agencia norteamericana de Defensa (DARPA) está financiando seis proyectos de investigación para obtener datos más precisos sobre el fenotipo de las plantas cultivadas y así poder impulsar el desarrollo de biocombustibles. La organización ha invertido 30 millones de dólares en proyectos orientados a recopilar datos de forma automatizada, de una manera mucho más rápida que lo que pueden hacer las personas.

Una de las investigaciones consta del uso de un dron aéreo y dos terrestres, equipados con sensores, los cuáles se encargarán de analizar un campo sembrado con diversas variedades de un tipo de gramínea, el sorgo. El sorgo requiere menos agua que otros cultivos como el maíz, puede sobrevivir a condiciones de clima más extremas, y además, emite menos de la mitad de emisiones de gases que otros medios tradicionales como el petróleo.

El dron aéreo es un helicóptero no tripulado de 11 kilos de peso, equipado con tecnología LIDAR (que permite calcular la distancia desde el objeto que emite la señal laser hasta el objeto detectado), con captación de imágenes, cámaras térmicas e hiperespectrales. En cada desplazamiento el dron aéreo cubrirá un terreno de 10 hectáreas en unos 20 minutos mientras que los drones terrestres harán mediciones y colocarán sensores en los cultivos.

El objetivo de esta investigación es usar los dispositivos para obtener los datos de numerosas características físicas de cada planta, midiendo todo tipo de parámetros, desde la altura y grosor hasta su actividad fotosintética. Gracias a los proyectos se podrán recopilar mayores cantidades de datos sobre el fenotipo (o fisiología) de las plantas, lo que ayudará en el desarrollo de avances en el campo de la genética vegetal.

Se espera que en un solo viaje, los drones puedan recopilar información suficiente para elaborar un mapa 3D del campo analizado, que ayudará a los investigadores a realizar la labor en mucho menos tiempo del que los agricultores tardarían en llevarla a cabo. No cabe duda de que sin contar con estas tecnologías, los investigadores tardarían mucho más en recopilar la información.

Paul Bartlett, ingeniero robótico del Near Earth Autonomy, centro que ha desarrollado los sensores que el dron aéreo lleva equipados, asegura que el objetivo de este proyecto es aumentar el rendimiento del sorgo para utilizarlo como biocombustible.

Imagen: Macleay Grass Man

Sobre el autor

Jaime Montero

Proyecto de Periodista. Inmerso en mi mundo... (y en el de los drones). La constancia y el trabajo duro son las claves del éxito.