Los espectáculos con drones han avanzado a pasos de gigante en apenas año y medio. Este es uno de los campos que normalmente pasan desapercibidos, a medio camino entre las aplicaciones profesionales y el ocio. Pues los shows están dirigidos, como no podía ser de otra manera, por profesionales con experiencia en el manejo de las aeronaves, mientras que la coordinación que hay detrás de las coreografías también ha sido cuidadosamente diseñada.
Sin embargo, los espectáculos se alejan de otros trabajos con drones, como los servicios agrícolas, las tareas de reconocimiento del terreno para topografía o la inspección de edificios. No es un intercambio de profesional a profesional, sino de profesional a un público de consumidores (mediatizado este intercambio, eso sí, por quien contrata el show)
Una muestra de la evolución de estos espectáculos es el trabajo de Intel. A finales de 2015 la compañía logró hacer volar, de forma coordinada, 100 dispositivos. Unos meses más tarde, en noviembre de 2016, ya eran 500 las aeronaves no tripuladas que volaban simultáneamente. Aunque la compañía china Ehang pulverizó este récord recientemente, con la llegada del Nuevo Año Chino. En su espectáculo volaron 1.000 drones a la vez.
Desde la firma analista Droneii, han realizado un mapa con las compañías que se dedican a hacer este tipo de espectáculos con drones -tanto en el exterior como en el interior de edificios-. Destacan las dos mencionadas anteriormente, pero también otras, como la japonesa Sky Magic o la francesa Parrot.
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