La Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA) ha contabilizado un total de 616.000 personas que registraron uno o más drones en el último año. Concretamente desde el pasado 21 de diciembre de 2015, momento en el que se impuso el registro obligatorio de las aeronaves no tripuladas, por parte de este organismo, en territorio del país norteamericano.
La FAA ha reconocido que el balance de esta medida, tras este año en acción, ha sido un éxito. Y es que además del elevado número de registros que se han producido, la Administración ve muy importante la información en materia de seguridad básica que reciben los nuevos pilotos, así como la posibilidad de poder remitir información importante a los dueños de los drones, gracias a este registro.
Los drones que pesen entre 250 gramos y 25 kilos deben constar en el registro de la FAA para poder volar en cielo estadounidense. Ese es el manifiesto con el que el organismo de Estados Unidos planteó esta iniciativa. La medida tuvo tanto calado que incluso el número de drones registrados en la FAA superó al de aviones tripulados (unos 320.000) en apenas dos meses.
Ante esta avalancha de pilotos registrados, la FAA se ha visto obligada a adaptar continuamente la legislación para garantizar la seguridad en los cielos. Uno de los motivos que ha llevado a intentar regular el uso de esta tecnología son los incidentes, ocurridos en varios puntos del planeta, entre drones y aviones comerciales.
El registro de las aeronaves no tripuladas no se queda solo al otro lado del Atlántico. Visto el potencial y el crecimiento de esta tecnología, las asociaciones aéreas de Europa también han pedido un registro de los dispositivos para poder operar en espacio aéreo europeo. Esta propuesta se hace como medida para garantizar la seguridad aérea, y EASA ya se ha encargado elaborar un borrador con algunas de las medidas que regulen su actividad.
Imagen: DJI