El gigante tecnológico estadounidense Intel ha dado un paso más para adentrarse de lleno en el mercado de las aeronaves no tripuladas: la creación de su primer dron comercial, el Falcon 8+. Intel ha apostado por este optocóptero para intentar entrar con fuerza en el sector y posicionarse como una empresa líder en el mercado.
Se trata de un dispositivo que sigue los pasos al AscTec Falcon 8, un dron desarrollado por la firma alemana Ascending Technologies, la cual adquirió a principios de 2016. El Falcon 8+ es un aparato de altas prestaciones orientado a un público profesional y que puede llevar a cabo tareas relacionadas con las inspecciones industriales o la topografía, gracias a sus sistemas de detección aérea.
En cuanto a las prestaciones que ofrece, esta plataforma incluye al propio dron y los dispositivos Intel Cockpit, un potente control remoto de fácil uso, y Intel Powerpack, sistema que proporciona alimentación al dron. También viene integrado el AscTec Trinity, un potente autopiloto que permite al Falcon operar de forma completamente autónoma. El dron de Intel puede desplazarse a velocidades superiores a los 50 kilómetros por hora y posee una autonomía aproximada de unos 26 minutos. Otras de las características a destacar son su cabina a prueba de agua y los sistemas de comunicación integrados en la aeronave.
Según la propia marca, la aeronave es capaz de capturar imágenes detalladas de alta precisión, lo que permite realizar inspecciones exhaustivas y prevenir daños en las infraestructuras analizadas. Este rendimiento también es debido a los sensores equipados en el dron, como es el caso de la cámara 3D Intel Real Sense, la cual ya ha tenido su incursión previa en el mundo dron gracias a la alianza comercial que Intel creó hace unos meses con el fabricante chino de drones Yuneec.
Imagen: Intel