Si la industria de los drones en California está llevando a cabo un viraje desde el ámbito militar a los usos civiles, tal y como contábamos en el post anterior, la filosofía de las startups no es lo único que estas nuevas empresas han importado del sector tecnológico. El modelo de producción y la financiación también están siendo imitados.
Como sucede con gran parte de los productos de la electrónica de consumo, los drones de las startups californianas se diseñan en Estados Unidos pero se fabrican en centros de producción low cost, como China o incluso México. Es la misma estrategia que siguen Apple y otras muchas empresas de electrónica de consumo. De esta forma se logra abaratar costes y es más fácil ganar escala en la fabricación de dispositivos. Este último factor es importante en tanto las ventas de algunos productos de electrónica de consumo se han disparado en los últimos años. No hay más que mirar a los smartphones o las tabletas.
De manera que contar con unas instalaciones capaces de aumentar la producción cuando sea necesario puede marcar la diferencia entre una empresa que entrega todos sus pedidos y otra obligada a poner tiempos de espera. La firma analista Frost & Sullivan prevé que este año las ventas globales de drones alcancen los 4.500 millones de dólares, un fuerte ascenso desde los 3.300 millones que se estima se vendieron en 2014. La Association for Unmanned Vehicle Systems International da cifras mucho más abultadas a un plazo de diez años. Según esta organización, la industria de los drones facturaría 82.000 millones dentro de una década.
Se espera que las ventas de drones comerciales superen a las de drones militares en el año 2020. Si bien las compañías que tradicionalmente vienen fabricando dispositivos para el ejército de Estados Unidos también apostarán por la fabricación de productos destinados a usos civiles.
La financiación de las startups dedicadas al sector de los drones goza de buena salud y el modelo no es otro que el espíritu de inversión que se vive en Silicon Valley. En este año las firmas de capital riesgo ya han invertido 172 millones de dólares en compañías del sector, según los datos contenidos en la plataforma de CB Insights. La subida es notoria respecto a los 107 millones invertidos en todo 2014.
Solo falta un detalle para que la inversión fluya más libremente al sector: la concreción por parte de las autoridades estadounidenses de un reglamento para el uso de drones.
Imágenes: David A. Hofmann