La NASA ha realizado las primeras pruebas para comprobar el funcionamiento del sistema de control del tráfico de drones o UTM (Unmanned Aircraft Sistem Traffic Management) que está desarrollando junto a la FAA. Las pruebas se han llevado a cabo en varios lugares de Estados Unidos como Alaska, Dakota del Norte, Nevada o Nueva York, localizaciones reconocidas por la FAA para la realización de pruebas con drones. Más de 24 dispositivos han volado simultáneamente en varios estados del país y han sido monitorizados desde el Centro de investigación Ames de la NASA, ubicado en California.
La NASA y la FAA llevan desarrollando este sistema de control de tráfico de drones desde hace varios meses. El objetivo del UTM es que el tráfico aéreo contemple todo tipo de dispositivos. Y sobre todo que queden bien definidos los límites de altitud, por encima de los 60 metros y por debajo de los 150 metros, aproximadamente el punto del espacio aéreo sobre el que las aeronaves tripuladas vuelan regularmente.
En este espacio confluirían tanto los drones de baja velocidad, de aficionados al sector, como los drones profesionales de alta velocidad, destinados a tareas como el reparto de paquetería. Para evitar problemas de atascos, colisiones y otros factores derivados de la masificación del espacio aéreo, se incorporarían elementos comunes en el tráfico de tierra, como son las redes de carreteras, un reglamento de circulación, luces y señales.
A efectos prácticos, en el ámbito aéreo esto podría traducirse en un sistema georreferencial (GPS) para evitar que los aparatos se salgan de las zonas de control. Además, también podría ayudar con ciertos parámetros que se pueden dar durante el vuelo de un dron como las condiciones climatológicas adversas o la congestión del espacio aéreo.
Para ciertas empresas que utilizan los drones con fines comerciales, el desarrollo de esta iniciativa puede resultar muy beneficioso. Es el caso de compañías como Amazon, Google o Walmart, que ven en el reparto de paquetería con drones una nueva oportunidad de negocio.
Imágenes: NASA