Una vez más, curioso frente al desarrollo tecnológico, el arquitecto británico Norman Foster, acompañado de un dron, nos guía en una visita al edificio que construyó en 2006 para Hearst, la multinacional norteamericana de comunicación con sede en la Octava Avenida de Nueva York.
La flamante torre está levantada usando como base el edificio original de seis plantas y responde a un diseño rompedor, no sólo en su forma: su estructura está concebida para ahorrar un 20% de acero respecto a una torre convencional y la mayor parte del material empleado (un 85% según explica Foster) procede del reciclaje.
Además, los sistemas de climatización e iluminación consumen un 25% menos de energía que los de sus vecinos. Incluso algunas de las obras de arte que complementan la arquitectura contribuyen al ahorro energético, como la fuente-reflector del diseñador James Carpenter. El edificio ha merecido varios reconocimientos, entre ellos el de la US Green Building Council’s Leadership in Energy and Environmental Design (LEED), uno de los sellos más selectivos para la certificación energética de edificios.
Pero para Foster estar en la vanguardia de la tecnología no es motivo de celebración especial: ha sido desde los inicios de su carrera un pionero en el desarrollo de soluciones constructivas innovadoras, al tiempo que materializaba propuestas radicales para los espacios de trabajo modernos. Diez años después de marcar un hito en la arquitectura moderna, Foster explica emocionado las posibilidades de contemplarlo desde la perspectiva de un dron, algo inimaginable cuando lo proyectó y que sin embargo permite explotar aún más las posibilidades de este magnífico espacio.
La visita se inicia con un recorrido por el gran lobby que comprende la altura de las seis plantas del edificio que el fundador de la multinacional hizo levantar en los años 20 del siglo pasado. Desde esta gran plaza que permite acceder a las diferentes zonas del edificio Foster nos explica que lo que le emociona es ofrecernos una pequeña visión de lo mucho que sucede en las siguientes 44 plantas: la multiplicidad de espacios y usos que sirven a las diferentes ramas de una compañía que publica información para todo el mundo sobre todo tipo de temas, desde moda, cocina y vida social hasta antigüedades, arte o motor.
“Es una gran comunidad” nos explica emocionado el arquitecto, de la que también él se siente parte por el hecho de haber trabajado dentro de esta bella estructura.
Imagen y Vídeo: Hearst Corporation
