El año pasado se invirtieron 450 millones de dólares procedentes de firmas de capital de riesgo para la creación de startups de la industria dron. Y resulta llamativo que las dos grandes potencias en el mundo de los drones sea la que más invierte en este sector.
China es uno de los países fabricantes de drones con mayor proyección internacional y Estados Unidos una de las naciones más adelantadas en lo relativo a software y todo lo que rodea a la industria. También está Israel, una de las naciones punteras en lo referente a drones militares.
Pero no son ninguno de ellos. El país del mundo que más capital invierte en el sector de los drones es Francia. Esto es lo que ha señalado John Chambers, antiguo CEO de Cisco y uno de los mayores inversores en la industria dron, basándose en los datos de inversión a nivel mundial durante los primeros meses de 2016.
Y es que, además de contar con Parrot como uno de los exponentes en la industria dron, el país galo cuenta cada vez con más empresas de drones que intentan cubrir los diferentes aspectos de la industria.
Estas nuevas empresas se encargan del hardware, el equipamiento y también del desarrollo de plataformas y servicios para múltiples sectores profesionales. Uno de ellos es el sector agrícola, utilizando la agricultura de precisión en la industria vinícola, o la construcción. Además, algunas de las aplicaciones que se están desarrollando a raíz de los atentados terroristas en el país, en materia de seguridad y vigilancia. De hecho en verano la Eurocopa tendrá drones para vigilar el evento deportivo.
La DGAC (Dirección General de Aviación Civil), organismo homólogo a AESA en España, es el encargado de regular la legislación sobre aviación civil en Francia. Mientras que otros países europeos se centran más en la aeronáutica, Francia ha visto en la industria dron un buen nicho de mercado donde invertir, que sumado al desarrollo y apertura de la normativa en materia de aviación, está suponiendo un impulso a la inversión en dispositivos no tripulados.
Imagen: Jun.Ohashi