La compañía francesa Parrot ha realizado una demostración de las dos nuevas incorporaciones a su familia de minidrones, el Parrot Swing y el Parrot Mambo. El evento ha transcurrido en Madrid, en un espacio donde, tras presentar las características del producto, se han podido ver pruebas acordes a las posibilidades de estos dispositivos. Ambos drones han sido creados con el objetivo de servir de iniciación a aquellos que nunca han pilotado un dron y de diversión a los amantes de las aeronaves no tripuladas.
Por un lado está el Parrot Swing, un dron que despega verticalmente como un multirrotor pero que al estabilizarse en el aire puede desplazarse como si de un ala fija se tratase. Y por otro el Parrot Mambo, un dron multifunción al que se le pueden adaptar un cañón de miniproyectiles o una pinza para transportar objetos ligeros.
En la imagen una unidad de Parrot Mambo se dispone a disparar su cañón contra la estructura de vasos de plástico.
Para demostrar las habilidades de estos drones lúdicos, Parrot ha preparado tres juegos, dos para cada accesorio del Mambo y otro, a modo de circuito, para probar la versatilidad y navegación del Swing. En lo que concierne al pilotaje, ambos drones se manejan por el controlador ParrotFlypad, cuyo funcionamiento, al contrario que en otras marcas de drones, no depende de la conexión directa con un smartphone.
En primer lugar, se ha puesto a prueba el cañón, que tiene capacidad para seis miniproyectiles ligeros, y que se acopla en la parte superior del multicóptero Mambo. Tras posicionarse delante de una estructura formada por vasos de plástico, el dron realizó varias pruebas tratando de derribar dicho objetivo.
Tras probar la capacidad de disparo del accesorio de Mambo, también se pudo someter a juicio otra función: transportar objetos de hasta cuatro gramos con una pinza que se puede acoplar en la parte inferior de la aeronave, como es el caso de las pelotas esponjosas que se utilizaron para la demostración. Tras agarrar la pelota, el dron no solo transportó el objeto sino que intentó encestarlo en unos vasos situados debajo de él.
Para el dron Swing estaba reservada una prueba diferente, una recta con anillos a través de los cuáles el dispositivo probaría su maniobrabilidad, su velocidad y su capacidad de reacción. Este reto era un buen momento para probar el modo avión automático que posee el Parrot Swing, además de realizar maniobras a gran velocidad.
En los vuelos realizados con el dron híbrido se pudo ver la estabilidad que posee cuando se le somete a movimientos bruscos.
Una unidad de Parrot Swing se dispone a atravesar la prueba del circuito de anillos organizada en el evento.
Imágenes y vídeo: Jaime Montero Moreno
