En el condado de Bedfordshire, en Reino Unido, se prepara un experimento inusual. Investigadores con una larga trayectoria en el sector de las aeronaves no tripuladas han diseñado un proyecto para crear un pasillo aéreo donde podrán volar tanto drones como aviones tripulados.
El proyecto lo respaldan la empresa especializada en aeronaves no tripuladas Blue Bear Systems Research y la Cranfield University, que se dedica a profundizar en investigaciones tecnológicas. Su idea es que el tráfico aéreo convencional y los RPAS no se segreguen sino que convivan en un mismo espacio.
La seguridad, como no podía ser de otra forma, será la prioridad en este experimento. Pero los investigadores ponen el acento de las posibilidades que ofrece la unión de drones y aviones en un mismo espacio. Lograr que esto sea posible evitaría las cuantiosas trabas que sufre la industria de las aeronaves no tripuladas, habitualmente distanciadas de la aviación convencional.
El experimento que tendrá lugar en Bedfordshire no es otra cosa que la prueba de un nuevo concepto de gestión del tráfico de UAS o UTM. El objetivo es que todo el pasillo tenga conectividad 5G y, de esta manera, facilitar la comunicación entre todas las aeronaves. El área es ideal para el propósito, pues se encuentra en un medio rural, alejado de carreteras y de zonas urbanas: un lugar abierto para experimentar con libertad.