La empresa sueca de automovilismo SAAB, que también trabaja en proyectos de la industria aeroespacial, ha desarrollado un dron submarino para desactivar artefactos explosivos localizados en las profundidades.
El dispositivo, bautizado como Sea WASP (Waterborne Anti-IED Security Platform), está diseñado para localizar y neutralizar la amenaza de los denominados IED (artefactos explosivos improvisados). Este sistema mide aproximadamente metro y medio y pesa unos 90 kilos. Estas características permiten que Sea WASP pueda ser lanzado al mar desde una playa, un muelle o diferentes tipos de embarcaciones, desde lanchas inflables hasta barcos de mayor tamaño.
Una vez situado en la superficie, el dron acuático, atado a una cuerda de 150 metros de largo, puede descender para explorar hasta una profundidad de 60 metros. En cuanto al equipamiento del dispositivo, el dron cuenta con un sonar para detectar los explosivos y diversos sensores para controlar la profundidad y la navegación. Pero además posee dos tipos de cámaras, una de mayor tamaño situada en el frontal del artefacto y otra más pequeña adherida al brazo con el que manipula los explosivos.
Una vez se localiza un dispositivo, Sea WASP procede a actuar de igual modo que lo haría un robot artificiero en tierra. A través de las cámaras montadas en el dron, los técnicos pueden ver la situación y determinar si el artefacto explosivo está desarmado, puede ser desmantelado o si necesita ser alejado de barcos y personas para garantizar su seguridad.
En el ámbito militar también se están desarrollando otros proyectos con drones marinos para combatir las amenazas que vengan por mar. Un ejemplo de este desarrollo es el Echo Voyager, un submarino autónomo desarrollado por la compañía Boeing. Se trata de un dispositivo con un sistema de propulsión híbrido y recargable pensado para poder navegar durante 6 meses de forma completamente autónoma, recorriendo distancias de más de 10.000 kilómetros.
Imagen: SAAB
