La Escuela Politécnica Federal de Zúrich es conocida por sus trabajos de experimentación y de investigación científica. En uno de los últimos experimentos que ha llevado a cabo los protagonistas han sido los drones. Los investigadores han comprobado no solo la potencia de estos dispositivos sino también la capacidad de coordinación que pueden lograr entre ellos gracias a sus sensores.
El experimento parece a todas luces sencillo. Como puede verse en el siguiente vídeo, primero aparece un dron enganchado con una cuerda a un mástil fijado al suelo. La fuerza centrípeta hace que el dispositivo dé vueltas frenéticas alrededor del centro, un movimiento que se produce a velocidades de 50 Km/h.
Pero eso no es lo más espectacular. Una de las maniobras que más llama la atención es la frenada prácticamente en seco. El experimento ha tenido lugar en el Flying Machine Arena, un espacio móvil dedicado a la prueba de vehículos aéreos no tripulados. Esta organización ha sido la que ha puesto las cámaras de alta precisión que han registrado las imágenes de los drones.
El movimiento se aprecia mejor cuando hay únicamente un dron atado al mástil, pero las imágenes con cuatro dispositivos enganchados son absolutamente espectaculares. El grado de sincronización es tal que la distancia entre ellos permanece constante y no hay ningún desequilibrio incluso cuando los drones comienzan a ascender y descender alternativamente, a modo de atracción de feria. Ni que decir tiene la frenada también está coordinada.
El movimiento sincronizado se consigue mediante programación, pero no sería posible sin el conjunto de sensores de los que se compone un dron. El experimento sirve para comprobar el rendimiento de estos dispositivos a altas velocidades, identificando factores clave como su eficiencia en cuanto a propulsión se refiere.
Imagen: Flying Machine Arena
