En determinadas situaciones críticas un dron o un conjunto de ellos pueden desempeñar un papel providencial. Debido a su pequeño tamaño y a su capacidad para sobrevolar autónomamente el entorno, estos dispositivos pueden ayudar a encontrar supervivientes en casos de catástrofe natural o cualquier otro tipo de desastre humanitario. Mediante el uso de sensores, su cámara e incluso el micrófono, pueden descubrir dónde están las personas que necesitan que las rescaten y comunicar la información a los equipos de emergencia.
En comparación con los helicópteros los drones pueden resultar más útiles, sobre todo por una cuestión de costes. El precio de un RPAS es significativamente menor que el de un helicóptero, con lo que el mismo presupuesto daría para mayor número de dispositivos, que cubrirían un área más amplia. Además, la perspectiva es más precisa, pues los RPAS pueden acercarse más a tierra.
Otra ventaja añadida es que mientras el ruido de un helicóptero no deja oír los gritos de los supervivientes, los motores de un RPA no son tan ensordecedores y permiten captar las llamadas de ayuda. Los dispositivos también pueden servir para enviar paquetes para cubrir las necesidades básicas. La startup estadounidense Matternet ha trabajado en programas que incluían el envío de medicinas de esta forma.
En países como Haití, República Dominicana y Lesoto la startup ha probado una flotilla de drones para enviar medicamentos y pruebas de diagnóstico médico en áreas remotas. Lo mismo podrían hacer estos dispositivos en zonas de catástrofe, donde los equipos de rescate lo tienen difícil para llegar por otros medios.
Pero no solo se trata de rescatar supervivientes de un desastre. En una zona que ha quedado completamente destruida no hay antenas, con lo que las comunicaciones se hacen difíciles en una situación en la que pueden ser cruciales. Los drones también pueden suplir la falta de infraestructura sobrevolando el área afectada con módulos de conectividad.
Por no decir que los RPAS pueden llevar a cabo un reconocimiento de la zona afectada para determinar qué edificios han sufrido peores daños, qué rutas aún están practicables y otras informaciones clave para los equipos de rescate. De esta forma, los servicios de emergencia pueden valorar con más datos en la mano el dónde y el cómo actuar.
Tampoco es necesario que sean catástrofes a gran escala. La Policía de Canadá ha usado estos dispositivos de una forma innovadora. En medio de la noche y con temperaturas que rondan los cero grados, los servicios de emergencia no lograron ver desde un helicóptero encontrara una persona que había tenido un accidente de coche y había quedado inconsciente. Sin embargo, la policía se sirvió de drones para detectar la marca de calor que desprendía su cuerpo.
Imágenes: Matternet
